jueves, agosto 05, 2010

Pensar, servir, desencadenar


Foto: Monumento a José Martí, Prócer de Nuestra América.

33 Aniversario del Centro de Estudios Martianos



Estrella Díaz

La Jiribilla




El pasado 19 de julio fue una jornada de particular significación para la nación cubana: el Centro de Estudios Martianos cumplió 33 años de existencia y se celebró con música, con reconocimientos, con reflexiones y con homenajes; todos bajo un signo de “gran sencillez martiana”, pero con la certeza que en esa institución — y sus protagonistas — han sido fieles a los principios iniciáticos: investigar y promocionar el pensamiento, la vida y la obra del Apóstol.

En el acto le fue entregada al destacado — y muy querido — investigador, historiador, periodista, ensayista y académico de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, Pedro Pablo Rodríguez la Distinción Pensar es servir, el más alto reconocimiento que otorga el Centro por “ la contribución al conocimiento y a la promoción del pensamiento y de la obra martiana a través de su destacada labor investigativa, profesoral y periodística; por su encomiástica y silenciosa labor al frente del proyecto investigativo y editorial más importante del Centro de Estudios Martianos: la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí; por su sencillez martiana y comprometida labor con la obra de la Revolución”, según dicta la Resolución.

La doctora Carmen Suárez León, investigadora titular del Centro de Estudios Martianos tuvo a su cargo las palabras de elogio en las que resaltó las muchas cualidades “profesionales y humanas” que adornan a este hombre que “no se limita a trazar estrategias académicas”, sino que se involucra a partir del conocimiento y el corazón.

Recalcó la doctora Suárez León que en Pedro Pablo “se unen una serie de condiciones que dan la tónica de su personalidad: no es el escritor de gabinete, tiene la capacidad de comunicarse con mucha facilidad en cualquier medio y eso les posibilita convencer a los demás”. Lo calificó, además, como “el estratega de las Ediciones Críticas” y subrayó que otros de los rasgos de su personalidad son: “paciencia, convicción y competencia” al tiempo que subrayó que no es fácil dirigir “y mucho menos cuando se agrupan varias generaciones, pero él lo ha logrado”.

Por su parte Rodríguez — emocionado — comenzó recordando la frase de José Martí “Juntémonos Patria a caminar” e inmediatamente apuntó: “es lo que he querido hacer toda mi vida: caminar con la Patria”.

Quiso agradecer “a todos por su presencia” y también a algunos amigos que a lo largo de estos años siempre tuvieron confianza en su persona como “Manelo; el doctor Armando Hart — ex ministro de Cultura — que fue la persona que en 1990 me introdujo en esta institución”; a Roberto Fernández Retamar — poeta, ensayista y actual director de Casa de las Américas y al siempre querido y recordado maestro Cintio Vitier.

Igualmente a Ramón de Armas — “un gran amigo que soportaba con paciencia mis bromas” — y con quien comenzó a estudiar en profundidad a Martí a partir de un Curso de Pensamiento Revolucionario Cubano: “trabajamos mucho y duro y preparamos un libro que reunía y compilaba un grupo de documentos de personalidades cubanas que habían conformado ese pensamiento en el siglo XIX y que arrancaba con los Ilustrados y concluía con Fidel y el Che”.

Desde entonces — recordó Rodríguez —, ambos tuvieron “una estrecha amistad que pasó siempre por Martí; a veces, cuando escribo no sé si son ideas mías o de Ramón, cosa que sé que a él, también, le sucedía”.

Por último agradeció a dos conjuntos de personas: a la actual directora del Centro, Ana Sánchez Collazo, “porque todo esto es — en gran parte — armado por ella y al equipo que trabaja conmigo. Tenemos, dijo, momentos difíciles y nos enredamos en discusiones — a veces molestos — y ¡qué bueno que nos molestamos y entramos en debate y nos contradecimos! porque hay una divisa esencial que sí hemos logrado compartir en un grado apreciable: tratamos de hacer este trabajo lo mejor y lo más completo posible y no puede ser de otra manera para José Martí”.

Finalmente evocó al Maestro: “pensar es servir”, “pensar es prever”, “pensar es desencadenar”; eso es lo que hemos querido hacer en el Centro y con las Ediciones Críticas: pensar, servir, prever, desencadenar.

Posteriormente la doctora Ana Sánchez, al hacer un apretado resumen de estos 33 años de labor aseguró que desde su fundación — el 19 de julio de 1977 — el Centro ha sido de “Academia y de Revolución” y que ha intentado cumplir “con el honroso encargo de estudiar la vida y obra de José Martí”.

Enumeró los muchos éxitos de la institución en los últimos 12 meses y recordó los premios nacionales e internacionales alcanzados, y concluyó citando una frase de Fidel — expresada en el 2002 — “nuestro pueblo, agudamente sensible a todo lo que se relaciona con sus más preciadas esencias, sabe bien que en el Centro de Estudios Martianos cuenta con un poderoso ariete y una formidable trinchera de ideas”.

Seguidamente, el doctor Armando Hart Dávalos dictó una conferencia relacionada con la historia de la institución, y recordó que como primer director “estuvo a punto de ser designado uno de nuestros más ilustres, prestigiosos y reconocidos estudiosos y divulgadores de la obra de Martí, el doctor Juan Marinello, de reconocida trayectoria política y revolucionaria. Su lamentable fallecimiento por aquellos días así lo impidió y se convirtió Roberto Fernández Retamar, figura igualmente respetada y reconocida como martiano profundo, en el director del Centro durante la etapa inicial de organización y cumplimiento de sus tareas iniciales, poniendo los cimientos de lo que ahora tenemos”.

No podemos olvidar — dijo — en momentos como este al querido Cintio Vitier, presidente de honor, cuya presencia y colaboración permanentes, hasta sus últimos días, llenaron de prestigio, sabiduría, autoridad moral e intelectual la obra llevada a cabo por este Centro en más de tres décadas. En cada aniversario, se hace insoslayable rendir homenaje a Cintio, y también a Fina (presente en el acto), que han sido pilares sostenedores de esta labor que Cuba y América necesitan.
Finalmente Noemí Díaz Vilches, coordinadora y curadora de la exposición Para un hombre sincero — inaugurada ese día en la sede del Centro (Calle Calzada, esquina 4, en el Vedado) manifestó su satisfacción por la rápida respuesta de todos los creadores quienes “tienen en Martí inspiración y acicate”.

La muestra, que incluye obras de 20 artistas de la plástica cubana (Águedo Alonso, Pedro Pablo Oliva, Ernesto García Peña, Juan Sánchez, Ángel Ramírez, Vicente Bonachea, Eduardo Roca (Choco), Osvaldo García, José Luis Fariñas, Kamyl Bullaudy, Jorge Luis Cudina, Julio César Banasco, Eduardo Hernández, Juan Miguel Suárez, Leonardo Cuervo, Yovani Caisé, Esteban Machado, Mary Cary Díaz, Víctor Manuel Velázquez, René Negrín) fue expuesta con anterioridad en nueve universidades de Argentina.

Para un hombre sincero nos entrega un Martí — el más universal de todos los cubanos — renovado, fresco, inagotable, inmenso, igual que el Centro de Estudios Martianos en su 33 cumpleaños.

Fuente: http://www.lajiribilla.cu/2010/n481_07/481_10.html


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