El Salvador. Las pandillas: guerra de contra delincuencia
Foto: San Salvador, El Salvador.
Federico Linares Nogales
Los miembros que integran las pandillas, son jóvenes delincuentes producto de las privatizaciones de los bienes del Estado, de la deuda externa, de los déficits fiscales, de la concentración de la riqueza nacional (en cinco familias de la oligarquía financiera salvadoreña) y de la corrupción de altos funcionarios públicos.
Un sistema educativo nacional deficiente y corrupto, un sistema político autoritario y un modelo económico neoliberal.
El sistema político y el modelo económico salvadoreño han sido eficientes en la elaboración del caldo de cultivo para la procreación de forma compulsiva y exponencial de la delincuencia juvenil, conocida popular e internacionalmente con el nombre de “maras”.
Los gobiernos salvadoreños han creado la organización delincuencial de la mafia, más poderosa y grande del mundo. Es la mayor y más peligrosa mafia transnacional.
Sin embargo, los políticos de la derecha y de la izquierda salvadoreña no tienen en sus planes la elaboración ni mucho menos la aprobación de las iniciativas de ley siguientes: reforma (no pacto) tributaria, reforma educativa, saneamiento de la función pública, ley de partidos políticos, ley de la prohibición de la minería, ley de prohibición de armas, etc.
Los actuales políticos salvadoreños no pueden democratizar el sistema político ni el modelo económico, porque va en contra de sus intereses particulares y egocéntricos de mantenerse en el poder, gracias a la ignorancia y al bajísimo nivel educativo y cultural de los salvadoreños.
Fórmulas para eliminar la “pandemia” de la delincuencia en El Salvador existen, pero la oligarquía financiera salvadoreña no lo va a permitir, y no será ella lo que lo impedirá directamente, sino que se expresará a través de algunos diputados, magistrados, analistas, periodistas y otros anti-patria.
Estamos en plena guerra social, en la guerra política de las décadas setenta y ochenta, la guerrilla controlaba las dos terceras partes, ahora las maras controlan casi todo el territorio de El Salvador. La delincuencia se amplía, especializa y diversifica.
A corto plazo, la creación de comités para-militares de control territorial formado por ciudadanos con experiencia militar, pueden estar constituidos por veteranos de la Fuerza Armada y de la Guerrilla, ellos tienen la capacidad y experiencia que les permitiría controlar y neutralizar a la delincuencia desde sus comunidades.
Estos comités serían de ayuda a la Policía Nacional Civil y a la Fuerza Armada en el combate contra la delincuencia.
Eso sería lo ideal, pero lo real es que con los actuales políticos guanacos, en lugar de resolver el problema lo podrían complicar, porque ocuparían estos comités para realizar persecución política y no delincuencial.
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