miércoles, febrero 03, 2010

Poesía social de Oswaldo Escobar Velado



PATRIA EXACTA


Esta es mi Patria:
un montón de hombres; millones
de hombres; un panal de hombres
que no saben siquiera
de donde viene el semen
de sus vidas
intensamente amargas.

Esta es mi Patria:
un río de dolor que va en camisa
y un puño de ladrones
asaltando
en pleno día
la sangre de los pobres.
Cada Gerente de las Compañías
es un pirata a sueldo; cada
Ministro del Gobierno Democrático
un demagogo
que hace discursos y que el pueblo
apenas los entiende.

Ayer oí decir a uno de esos técnicos
expertos en cuestiones
económicas; que todo
marcha bien; que las divisas
en oro de la patria
iluminan las noches
de Washington; que nuestro crédito
es maravilloso; que la balanza
comercial es favorable; que el precio
del café se mantendrá
como un águila ascendiendo y que somos
un pueblo felíz que vive y canta.

Así marcha y camina la mentira entre nosotros.
Así las actitudes de los irresponsables.
Y así el mundo ficticio donde cantan
como canarios tísicos,
tres o cuatro poetas,
empleados del Gobierno.

Digan, griten, poetas del alpiste.
Digan la verdad que nos asedia.
Digan que somos un pueblo desnutrido.
Que la leche y la carne se la reparten
entre ustedes
después que se han hartado
los dirigentes de la cosa pública.

Digan que el rábano no llega
hasta las mesas pobres; que diariamente
mueren cientos sin asistencia médica
y que hay mujeres que dejan
la uva de su vientre
a plena flor de calle.

Digan que somos lo que somos
un pueblo doloroso,
un pueblo analfabeto,
desnutrido y sin embargo fuerte
porque otro pueblo ya se habría muerto.

Digan que somos, eso sí, un pueblo excepcional
que ama la libertad muy a pesar del hambre
en que agoniza.

Yo grito, afirmo y aseguro:
En todas partes donde vivo, el cerro.
En todas partes donde canto, el hambre
El hambre y el dolor junto a los hombres.
La miseria golpeándoles la vida
hasta quebrar el barro mas cocido del alma.

Y a ésto amigo se le llama Patria
y se le canta un himno
y hablamos de ella como cosa suave,
como dulce tierra
a la que hay que entregar el corazón hasta la muerte.
Mientras tanto al occidente de la casa que ocupo
hay una imagen encaramada en el mundo
(¡mayor razón para que viera claro!)
y allá junto a sus pies de frío mármol
una colonia alegre
se va en las tardes
cantando, a los cinemas

Bajo la sombra de "El Salvador del Mundo"
se mira el rostro de los explotadores.
Sus grandes residencias con sus ventanas que cantan.
La noche iluminada para besar en Cadillac
a una muchacha rubia.

Allá en el rostro de la Patria, un gran dolor
nocturno: allá y yo con ellos, están los explotados.
Los que nada tenemos como no sea un grito
universal y alto para espantar la noche.

Allá las mesa de pino; las paredes
húmedas; las pestañas de las tristes candelas;
la orilla de un marco de retrato
apolillado; los porrones
donde el agua canta; la cómoda
donde se guardan las boletas
de empeño; las desesperadas
camisas; el escaso pan junto a los Lunes
huérfanos de horizontes; el correr
de los amargos días ; las casas
donde el desahucio llega y los muebles
se quedan en la calle
mientras los niños y las madres lloran.

Allá en todo ésto, junto a todo ésto,
como brasa mi corazón
denuncia al apretado mundo
la desolada habitación del hombre que sostiene
el humo de las fábricas.

Esta es la realidad.

Esta es Mi Patria: 14 explotadores
y millones que mueren sin sangre en las entrañas.

Esta es la realidad.

Yo no callo aunque me cueste el alma!
***



MORIRÉ...MORIRÁ


Moriré no hay duda, pero quedará mi grito
como tambor sonando.
Moriré y en mi muerte os invito
a continuar gritando.
Ayer decía, dije, que andaba la injusticia por el mundo
como perro loco,
pero hoy aquel decir vale tan poco...
¿Verdad, Luna y Zapata?...
¿No es cierto Farabundo?
La injusticia camina sin cesar y sabe
a quién ha de golpear eternamente...
La injusticia es la poderosa clave
del que quiere vivir en el presente.
Del que tiembla ante un mundo más humano,
repartidor de leche y de semillas,
iniciador de auroras donde el grano
será del hombre que hoy siembra de rodillas.
Decid conmigo.
Cantad conmigo.
Gritad conmigo
que una patria mundial ya se divisa
donde ha de darnos su alegría el trigo
para que nos florezca tu sonrisa...
y sabremos reir humanamente
y el mal habrá escondido su piedra calcinada,
y la paz como un ángel entregará su frente
para que se la bese, cantando, un camarada...!
Todo será distinto...hasta el amor más puro.
La vida irá corriendo sobre las sementeras
sin pensar en la guerra, ni en su fruto maduro
ni en las rotas banderas.
Load conmigo...

LA INJUSTICIA MUERE


Morirá...No hay duda...
Dejadla...seré, tal vez, al último que hiere
pero ya morirá en Walt Street desnuda.
Morirá...vomitando banqueros con levita,
asqueada de bananos con los ojos abiertos
de piedra que crepita
y quedará en la calle como dejó a sus muertos...
Morirá y moriré pero estará mi grito
como tambor sonando;
mas si he de morir antes de la injusticia, ahito
mi corazón de pie continuará gritando:
¡POETAS, OS INVITO
A PROSEGUIR EL GRITO
que he venido cantando!


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Patria Literaria