TREN DE LA NUEVA POESIA LATINOAMERICANA
"AEDES"
De: Ana Gabriela Padilla
(San Salvador, El Salvador, 1984-)
Váyase a saber de su insolencia
quejumbroso díptero de larvas.
Cualquier exclamación es nula:
retuerce su aguja delgada
y zapa las pieles dormidas
cuando los gritos se oyen
desde atrás
–allí–
en la doliente realidad del sueño.
Y es el imán
–sangre de zumos innombrables–
breve sustento
para el vampiro aminorado.
Me niego a la calma
–YO,
arácnido imperfecto–
hasta juntar mis manos
sobre su carne.
"Angustia I"
De: Luis Fernando Alejos Ramírez
(Guatemala, Guatemala, 1980-)
Hablas de la muerte sin reparos
con la distante comodidad
de los tramitadores,
como si no fuera gran cosa
"LA TIERRA"
De: Rolando Kattán
(Tegucigalpa, Honduras, 1979-)
La tierra
Qué sabios los niños
embarrándose de lodo
como costumbre congénita.
Luego crecen
y se preocupan de otras cosas:
casas amantes dinero
cosas
¿Sabrán ellos
que la tierra será su única compañera eterna?
"Desnuda"
De: Sofía Santim
(Panamá, Panamá, 1982-)
“En mis manos la vida del día”
Amina Said
Desnudaré mi alma
a media luz,
para ti.
Voy encender
la estrella más cercana
para que veas
con el reflejo de su brillo
las prendas que caen
de mi corazón.
Sé que me estoy exponiendo,
pero cuando no lo he hecho.
Salgo constantemente desnuda
a la batalla,
sólo que con las luces apagadas.
Esta vez yo iluminaré
los mares,
el viento,
para ejecutar mi última danza;
y mostrarte lo que estuvo
y siempre ha de estar.
En esta mano
guardo todos los besos
que nunca te di.
Entre lo marchito y lo maravilloso,
descansa el impulso perdido.
En esta otra,
la palabra nunca dicha;
el silencio más elocuente
de mis discursos ocultos.
En mi pie izquierdo,
el camino nunca recorrido;
su futuro incierto
y la melancolía de sus aceras.
En mi pie derecho,
el abrazo comprometedor;
su deseo de estar,
de no dejarte ir.
En mi mente
todas las ideas,
sueños, esperanzas,
ilusiones, mi mundo
que nunca habitaste.
En mis labios
el suspiro seco,
la caducidad de su desvelo;
el esfuerzo por alcanzar el cielo
en débiles zapatos.
En mi pecho,
en el centro de mi ser,
dislocado, atolondrado,
y clarividente, tú.
Tú sin barreras,
sin preguntas,
sin ropajes.
Tú sin la distancia,
tan mío
que olvido mi desnudez,
y por vez primera
sin temores,
puedo decir
te quiero.
"Dolor"
De: Eduardo Perez Delrío
(Venezuela, 1975-)
La mar
Es la madre brava
Indomable
No tan azul como parece
Te golpea fuerte y profundo
Sin dejar heridas
Sólo la sal
Sí
La sal que se te pega
Que llora los ojos
Y quema la piel
"Audiciones"
De: Ximena Tamarín
(Chile, 1978-)
Me volví de arena y sal susurrando oraciones al viento,
mientras en secreto dialogaban las campanas.
Fuimos cómplices del rito
pero no supimos tallar la huella,
se perdió el recuerdo
se perdió la letra
y se perdió la ruta
donde nuestras voces se encontraban.
Olvidamos las palabras pronunciadas
en el vacío de lo no dicho,
cuando se alejaban los anhelos
en el silencio después del estallido.
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