domingo, enero 02, 2011

Francisco Ruiz Udiel: Descansa en paz

Letzira Sevilla Bolaños
END - 23:30 - 01/01/2011


Inicia un nuevo año y sobre Managua la lluvia se precipita como queriendo lavar el dolor, como queriendo llevar por los cauces la conmoción que ha causado en los corazones de quienes viven y hacen cultura, la partida del poeta y periodista cultural, colaborador asiduo de EL NUEVO DIARIO, Francisco Ruiz Udiel.

Ese pequeñín de ojos vivaces y profundos, en cuyas venas corría sangre esteliana, hizo votos de fidelidad perpetua hacia la poesía. Inició a andar el camino de los versos nada más y nada menos que de la mano de doña Claribel Alegría, “Su majestad”, la entrañable discípula de Juan Ramón Jiménez y en honor de quien se celebrará el séptimo Festival Internacional de Poesía de Granada. En la Universidad Centroamericana será de grata recordación por haber abordado la barca en la que navegó junto a varios amantes de las letras: Literatosis, una revista cuyo nombre obedeció a “un término inventado por el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, que remitía a una enfermedad propia de los jóvenes escritores cuando descubren su amor por la literatura y empiezan a leer de forma incansable”, según una de sus compañeras, Chrisnel Sánchez.

Francisco daba la impresión de no descansar nunca. Siempre atento a la agenda cultural, se encargaba de diseminar la semilla del arte a su paso. Si no estaba escribiendo, estaba editando o mandando mails para que todos conociéramos lo que sucedía en el gremio.

Su rutilante y efímero paso por la vida no pudo ser mejor, pues lega una obra reconocida por su calidad y galardonada con el Premio Internacional Ernesto Cardenal de poesía joven, en el año 2005, entre otros merecidos reconocimientos.

Asimismo, por su estética digna de exaltación, connotados escritores como Jorge Boccanera, Waldo Leyva, Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal pusieron los ojos en su producción y la elogiaron.

La indeleble huella que impregnó en la cultura también está relacionada con el fascinante mundo de la edición de obras literarias, en el que batalló junto al también escritor Ulises Juárez Polanco. Ambos dieron vida a Leteo Ediciones, un sello nacido para promover a poetas jóvenes y también para hacer llegar la literatura a los noveles, a través de la distribución gratuita de las obras editadas.

Entre las publicaciones como co-editor se encuentran: Memoria poética: Poetas, pequeños Dioses (Managua, 2006); Sergio Ramírez: Perdón y olvido, Antología de cuentos (1960-2009), (Managua, 2009); Claribel Alegría: Ars Poética (Managua, 2007); Missael Duarte Somoza: Líricos instantes (Managua, 2007) y Víctor Ruiz: La vigilia perpetua (Managua, 2008).

Sin lugar a dudas, un currículo impresionante que lo llevó a participar en los más grandes festivales de poesía internacionales y a que su obra fuese incluida en las más importantes antologías de la poesía contemporánea, erigiéndose como referencia obligatoria de su generación.

Sus colegas lloran la irreparable pérdida.
Visiblemente conmocionado, su amigo Ulises Huete afirmó que “Fran es una persona importante porque dejó marcas concretas en la cultura nicaragüense por sus méritos como poeta, por su trabajo en Leteo Ediciones, desde donde contribuyó a proyectar a escritores jóvenes, y por la calidad de su trabajo como divulgador cultural”. El presidente del Centro Nicaragüense de Escritores, poeta Luis Rocha Urtecho, emitió un comunicado en el que lamenta su deceso y ratifica que: “Todos los escritores lamentamos su partida, que enluta la juventud de nuestra cultura. ¿Te vas para no volver? No lo creemos, pero todos vamos a llorar su sueño”.

Un referente obligatorio para hablar de Francisco Ruiz Udiel es el poeta Ulises Juárez Polanco, quien le dedicó estas líneas: “Decir que Francisco era poeta es decir algo obvio e impreciso. Francisco era poesía, su vida era la poesía y la búsqueda perpetua de un diálogo con sí mismo y con los demás. Su partida física deja un hueco en aquellos que le conocimos, un vacío evidente también en la promoción de las nuevas voces literarias de nuestro país y en su ahínco por un acercamiento con las voces ya establecidas. Puedo asegurar –sin temor a que Francisco me corrija— que, más que desde su condición de editor de “Carátula”, la revista cultural centroamericana, o como jefe de redacción de “El hilo azul” o como funcionario del Centro Nicaragüense de Escritores, la fuerza que nacía en Francisco por promover la literatura partía de su compromiso con las palabras, con la poesía, pues como él decía, sólo a ésta le corresponde imaginar al mar, un mar vasto y cristalino donde seguramente ahora reposa tranquilo·.

Quizás porque “no hay mayor pesadumbre que la vida consiente”, Francisco emprendió el vuelo, se liberó de los tormentos propios de una mente brillante que ahora camina apacible, tras dejar “Memorias del agua”, la obra que entrará en imprenta en los próximos días y será una prueba más de que en Nicaragua hubo un joven comprometido con las métricas hasta el último momento.

Así que La cultura nicaragüense está de duelo y sus principales exponentes y promotores se darán cita hoy, a partir de las diez de la mañana, en Funeraria Central Reñazco, para acompañar al poeta que será sepultado mañana lunes en Sierras de Paz.

Descansa en paz, Francisco, gracias también por hacer cultura desde las páginas de EL NUEVO DIARIO.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/variedades/91411