viernes, diciembre 19, 2008

Cascada de ternura



Por Angélica Matt.
Escritos del alma


Bajo el asomado sol de mi necesidad, y entre las cálidas brisas de este verano, me aquietó la angustia en estas aguas benditas del silencio. Un acantilado de pureza que desvanece cualquier prejuicio inquietante de mi alma.

Un sabor helado que regenera mis sentidos y me hace vivir en la pureza, en la naturaleza. Un río de nostalgia que canta a la mañana y limpia las impurezas de la vida. Un momento a solas con la frescura de su fuerza.

Una cascada de amor, de ternura que baña el cuerpo y lo convierte en propio, una gota más en el universo bendito de la cristalinidad. Una agua sabrosa que cura las heridas del cuerpo azotado por el dolor y sufrido por la vida.

Aguas mansas, que con vigor recorren el mundo para detenerse a contemplar los labios que las saborean, disfrutando cada sorbo de la humanidad y viajando por el organismo hasta llegar a las entrañas y despertar la libertad escondida, que tímida, espera el motor que le aliente la salida.
Mientras una lluvia serena se une al caudal de la vida, para yacer en la cascada de ternura, el corazón del mar y así ser parte de este viaje hacia el manantial de mi existencia.


Siembra cultura: "Regala un libro"
Campaña mundial para incentivar los hábitos a la lectura.

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