miércoles, agosto 31, 2011

Entrevista al sociólogo estadounidense James Petras


Foto: Libios en otros países también se han manifestado a favor y en contra del gobierno de Muammar Gaddafi. Reuters.


"La política genocida de la OTAN contra Libia busca consolidar el imperio y revertir su decadencia"
Radio Centenario CX6


Prof. James Petras desde Nueva York, Estados Unidos. Lunes 22 de agosto de 2011 “debemos caracterizar esta guerra contra Libia y su pueblo como uno de los grandes crímenes del nuevo milenio. El hecho es que por 188 días la OTAN, las fuerzas de Inglaterra, Norteamérica y Gran Bretaña están tirando bombas. Son 188 días de terror, de destrucción y a partir de los actos destructivos han tomado terreno sus mercenarios, en la lucha terrestre. Los grandes medios de comunicación en todo el mundo están cantando victoria y celebrando la destrucción. Solo este fin de semana, según la noticia desde Trípoli, las fuerzas aéreas han matado más de 1300 personas y más de 5000 heridos, más allá de los asesinatos que cometan las fuerzas mercenarias”

-Chury: Audiencia de CX36, estamos para enfocar la realidad internacional y para ello estamos saludando a James Petras que está en contacto desde los Estados Unidos. Petras, buenos días. ¿Cómo estás?

-Petras: Estamos bien personalmente, pero políticamente un día muy trágico con la ocupación de Trípoli en Libia por parte de las fuerzas de OTAN y sus mercenarios de pago. Es una cosa que debemos discutir hoy, entre otras cosas.

-Me parece bien. ¿Y hay algún otro tema para hoy?

-También podríamos discutir el hecho que en Colombia siguen los asesinatos de los sindicalistas más allá de lo que dice la OEA (Organización de Estados Americanos) sobre el nuevo gobierno de Santos. Además, considerar el crecimiento de la ultra derecha en Europa y como esto ha atraído sectores de la clase obrera como apoyantes y considerar eso como un problema estratégico. La derecha está atrayendo obreros que antes votaban por la izquierda o centro izquierda.

-Me parece Petras que tenemos tres temas realmente de un interés público muy grande. Tenemos que arrancar por lo que han sido estas últimas horas en Libia.

-Primero debemos caracterizar esta guerra contra Libia y su pueblo como uno de los grandes crímenes del nuevo milenio. El hecho es que por 188 días la OTAN, las fuerzas de Francia, Norteamérica y Gran Bretaña están tirando bombas. Son 188 días de terror, de destrucción y a partir de los actos destructivos han tomado terreno sus mercenarios, en la lucha terrestre. Los grandes medios de comunicación en todo el mundo están cantando victoria y celebrando la destrucción. Solo este fin de semana, según la noticia desde Trípoli, las fuerzas aéreas han matado más de 1300 personas y más de 5000 heridos, más allá de los asesinatos que cometan las fuerzas mercenarias. La OTAN ha tomado el control de Libia a partir de estos mercenarios. Todos los diarios y todos los medios como CNN, BBC, Al Yazira, todos unidos celebrando esta guerra inhumana.También alguna publicación como La Jornada de México tiene fotos de celebraciones de los que apoyan a la OTAN y la guerra. Y no sólo eso, tenemos otra gran tragedia pues en ninguno de los países de Europa o en los EEUU aparece ni una sola protesta. Mientras están tirando bombas por 188 días, destruyendo un país pacífico y a un Presidente con el mejor programa de bienestar social en toda Africa , ningún grupo pacifista, izquierdista, ha organizado una protesta contra esta masacre. En Francia más de dos docenas de organizaciones que van desde el Partido Comunista, los trotskistas, al partido autotitulado “anticapitalista” apoyaron a los mercenarios y dicen que van “a vigilar” el proceso del conflicto y no han levantado ni un dedo contra los bombardeos. Todos los personajes intelectuales franceses que aparecen en los periódicos de izquierda en Brasil, en Uruguay, en Argentina, personajes bien conocidos como figuras marxistas, son parte de este partido que apoya este levantamiento dirigido y financiado por la OTAN. Esa es una de las grandes tragedias, porque mientras entendemos que el imperialismo y sus medios de comunicación están apoyando este acto criminal, la izquierda -en el mejor de los casos- es silenciosa, sino está sumando a la celebración, supuestamente va contra el tirano. Pero, ¿quién es más tirano? Una fuerza colonial que esta tirando miles y miles, cientos de miles de misiles y bombas por casi 6 meses, o un gobierno que esta legítimo en su país y apoyado por su pueblo antes que entraran en Trípoli. Y ahora, toda la población, hace lo que puede para salvar la vida incluso para evitar persecución y asesinatos .. Van a terminar con un país destruido, un gobierno colonial, la eliminación de todos los programas sociales de Gadafi -que incluye educación, medicina gratuita, vacaciones para trabajadores.Y miles de emigrantes que son expulsados y muchos mueren en los barcos, tratando de escapar del terrorismo aéreo .Y la marina de la OTAN, abandona cuando ve a estos emigrantes en los barcos medios destruidos. No levantan una mano para ayudarlos, los ignoran.Muchos han muerto. Hay muchos crímenes y muchos puntos que debemos reflexionar sobre esta guerra colonial terrorífica de OTAN. Si tratas de consultar los medios de comunicación de masa todos están en favor y celebrando esta victoria. Pero lo peor es, que no encuentro un periódico de la izquierda ni en México ni en Europa ni en Argentina, ni en Uruguay que esta en contra de esta guerra colonial.

Si uno consulta por ejemplo los famosos marxistas, todos en su momento condenaron las invasiones a países incluso a países con gobiernos mucho más reaccionarios que Gadafi.Trotsky y toda la izquierda condenaron la invasión de Italia contra Etiopía (1) a pesar que Haile Selassie, el Emperador era un personaje feudal, pero nadie tenía la duda de condenar el acto criminal del fascismo italiano. Pero en nuestra época toda la izquierda está celebrando esta invasión y los ataques. Fíjate, 188 días de bombardeo, ¿cómo puede un gobierno sobrevivir tanto tiempo? Sólo porque testimonia el apoyo que tenía Gadafi. Y otra cosa, la cobardía de los países europeos y de EEUU, sabían que Libia no tenía ninguna defensa antiaérea, sabían que Libia no tenía ninguna defensa contra las fuerzas navales. Por eso aprovecharon la gran vulnerabilidad de un país débil, subdesarrollado, para tirar bombas con impunidad. Y la izquierda europea y de los EEUU -marxistas, socialistas, comunistas, trotskistas- no organizaron ninguna protesta. Eso es otra cosa para reflexionar sobre la condición de lo que llamamos “izquierda”.

-En un todo de acuerdo con lo que estás diciendo. Demás esta decirte que anoche faltaba que los informadores de la televisión uruguaya, cuando mostraban las imágenes de Libia, salieran a dar la vuelta olímpica para festejar lo que estaba pasando en Libia. Pero eso es general, seguramente ocurre lo mismo en otros países. ¿Querés agregar algo más de esto o pasamos al siguiente tema de Colombia?

-Las últimas cifras que tenemos desde enero a junio de este año 27 sindicalistas han sido asesinados en Colombia. Esto lo ubica con el mayor índice en el mundo, e incluso hay más sindicalistas asesinados en Colombia que en todos los demás países en el mundo juntos. En el año 2010, el 55% de todos los sindicalistas asesinados ocurrieron en Colombia. Es decir, en Colombia el gobierno y los paramilitares mataron 49 sindicalistas en 2010. Y ahora, casi la mitad del año, se supera este ritmo de asesinatos. A pesar de eso, los países de América Latina aceptaron a Colombia como un miembro de la comunidad latinoamericana, votaron, aceptaron a Colombia como un país legítimo. Incluso Venezuela hizo algunos comentarios favorables a Colombia y a Juan Manuel Santos. Pero bajo el gobierno de Santos hay más asesinatos que durante la época de Uribe en el año 2010, 49 en todo el año contra 27 en estos siete meses de 2011. Es otro comentario sobre como hemos visto la aceptación y casi legitimidad de regímenes que asesinan sindicalistas. Hoy en día recibimos noticias que dos dirigentes campesinos en Honduras fueran asesinado por las fuerzas públicas en colaboración con los grandes latifundistas. Otro país con el llamado presidente Porfirio Lobos siguen los asesinatos y ahora Honduras esta reconocido como un legítimo miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) .Y los Estados Unidos, “el gran defensor de la democracia, es el principal respaldo para el terrorismo en Colombia y Honduras. Los mismos asesinos en la Casa Blanca que apoyan el terrorismo contra Libia apoyan el terrorismo en América Latina. Siguen apoyando lo que es la política antipopular, antiobrera, antidemocrática y antiseguridad de la vida. Y eso también pongo en cuestión, si América Latina quiere presentarse como una alternativa de los Estados Unidos y quiere mostrar una cara positiva, una alternativa más humana tiene que romper con esta ilusión de que todos somos demócratas. Incluso, si uno considera lo que esencial en este momento es que los sindicatos en América Latina deben presentar una alternativa para esta política de asesinato, pero recibe poca publicidad y mucho menos reivindicación en las luchas populares. Incluso Brasil y Uruguay siguen teniendo tropas en Haití a pesar que en una entrevista hace pocos días con un periodista inglés, el Ministro de Defensa en Brasil, Celso Amorín, dijo que están pensando en retirar las tropas brasileñas de Haití. ¡Están pensándolo, después de más de 15 años de ocupación! Sólo lo están pensando… tras 15 años de ser un mercenario de los Estados Unidos contra el pueblo pobre de Haití.

-Petras, redondeamos el análisis de hoy con lo que tiene que ver con el factor derecha en Europa.

-Petras: Si. Hay una cosa muy interesante que es la polarización de la clase obrera. No existe el internacionalismo. Por ejemplo, en Europa del sur en Grecia, España, Portugal y en algún grado en Italia, los obreros están en la lucha, lucha de clases, huelgas generales, marcha, ocupación de plazas, unificando fuerzas con los desocupados, los pensionistas. Mientras que en el norte de Europa en los países nórdicos como Finlandia,Noruega y en Suiza, Austria, las últimas investigaciones muestran que la ultra derecha está atrayendo sectores importantes de la clase obrera. En Finlandia por ejemplo los obreros están apoyando un partido de la ultra derecha, lo mismo en Noruega a pesar que recibimos noticias de masacre de los jovenes en el partidos laborista . La segunda fuerza electoral en Noruega es un partido antiinmigrante, islamofóbico y atrayendo a los neo nazis. ¿Cómo explicamos esta división en Europa? En el sur la crisis económica y las organizaciones de clase siguen teniendo una realidad mientras en el norte, los sindicatos están en un discurso de colaboración con el capitalismo, con los gobernantes pro-imperialistas y han eliminado el concepto de solidaridad de clase. Encontramos en el norte de Europa una importante lucha pero contra los inmigrantes y un rechazo a las acciones en el sur de Europa porque la clase obrera y los sindicatos, y los socialdemócratas están en contra de apoyar, financiar, los países en el sur. Dicen que los obreros del sur de Europa son flojos, a pesar que los obreros del sur de Europa trabajan más días del año que los noruegos, suecos, suizos. Tenemos una doble reacción donde condenan a inmigrantes y condenan a los obreros en el sur de Europa y apoyan a la ultra derecha. ¿Por qué? Porque la eliminación de conciencia, la eliminación de la educación política en los sindicatos, genera un ambiente favorable para la ultra derecha penetrar con su veneno antiinmigrante como el principal enemigo. Eso me parece algo muy peligroso porque en el grado que el fascismo atrae a sectores populares no va a terminar simplemente atacando a los inmigrantes, van a continuar atacando a cualquier organización que apoye a los inmigrantes. Como hemos visto en Noruega, una de las causas por el terrorismo y la masacre era porque la juventud laborista apoyaba a los inmigrantes, incluso un porcentaje importante de las víctimas de los jóvenes eran hijos de inmigrantes, de turcos, árabes. Ese es el peligro. Empieza el fascismo atacando a los inmigrantes, a los comunistas y terminan atacando incluso a los partidos de centro izquierda.

-Me ha parecido muy ilustrativo todo el comentario sobre temas candentes. Te agradezco muchísimo y la promesa de encontrarnos el lunes nuevamente analizando la coyuntura internacional.

Fuente: http://www.radio36.com.uy/entrevistas/2011/08/29/petras.html



martes, agosto 30, 2011

Estados Unidos en decadencia



Noam Chomsky.


Es un tema común que Estados Unidos, que apenas hace unos años era visto como un coloso que recorrería el mundo con un poder sin paralelo y un atractivo sin igual (...) está en decadencia, enfrentado fatalmente a la perspectiva de su deterioro definitivo, señala Giacomo Chiozza en el número actual de Political Science Quarterly.

La creencia en este tema, efectivamente, está muy difundida. Y con cierta razón, si bien habría que hacer cierto número de precisiones. Para empezar, la decadencia ha sido constante desde el punto culminante del poderío de Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial, y el notable triunfalismo de los años 90, después de la guerra del Golfo, fue básicamente un autoengaño.

Otro tema común, al menos entre quienes no se ciegan deliberadamente, es que la decadencia de Estados Unidos, en gran medida, es autoinfligida. La ópera bufa que vimos este verano en Washington, que disgustó al país y dejó perplejo al mundo, podría no tener parangón en los anales de la democracia parlamentaria.

El espectáculo incluso está llegando a asustar a los patrocinadores de esta parodia. Ahora, al poder corporativo le preocupa que los extremistas que ayudó a poner en el Congreso de hecho derriben el edificio del que dependen su propia riqueza y sus privilegios, el poderoso estado-niñera que atiende a sus intereses.

La supremacía del poder corporativo sobre la política y la sociedad –por lo pronto básicamente financiera– ha llegado al grado de que las dos formaciones políticas, que en esta etapa apenas se parecen a los partidos tradicionales, están mucho más a la derecha de la población en los principales temas a debate.

Para el pueblo, la principal preocupación interna es el desempleo. En las circunstancias actuales, esta crisis sólo puede remontarse mediante un significativo estímulo del gobierno, mucho más allá del más reciente, que apenas hizo coincidir el deterioro en el gasto estatal y local, aunque esa iniciativa tan limitada probablemente haya salvado millones de empleos.

Pero para las instituciones financieras la principal preocupación es el déficit. Por lo tanto, sólo está en discusión el déficit. Una gran mayoría de la población está a favor de abordar el déficit gravando a los muy ricos (72 por ciento, con 27 por ciento en contra), según precisa una encuesta de The Washington Post y ABC News. Recortar los programas de atención médica cuenta con la oposición de una abrumadora mayoría (69 por ciento Medicaid, 78 por ciento Medicare). El resultado probable, por lo tanto, es lo opuesto.

El Programa sobre Actitudes de Política Internacional (PIPA) investigó cómo eliminaría el déficit la gente. Steven Kull, director de PIPA, afirma: Es evidente que tanto el gobierno como la Cámara (de Representantes) dirigida por los republicanos están fuera de sincronía con los valores y prioridades de la gente en lo que respecta al presupuesto.

La encuesta ilustra la profunda división: La mayor diferencia en gasto es que el pueblo favorece recortes profundos en el gasto de defensa, mientras el gobierno y la Cámara de Representantes proponen aumentos modestos. El pueblo también favorece aumentar el gasto en la capacitación para el trabajo, la educación y el combate a la contaminación en mayor medida que el gobierno o la Cámara.

El acuerdo final –o más precisamente la capitulación ante la extrema derecha– es lo opuesto en todos los sentidos, y casi con toda certeza provocará un crecimiento más lento y daños a largo plazo a todos, menos a los ricos y a las corporaciones, que gozan de beneficios sin precedentes.

Ni siquiera se discutió que el déficit podría eliminarse si, como ha demostrado el economista Dean Baker, se remplazara el disfuncional sistema de atención médica privada de Estados Unidos por uno semejante al de otras sociedades industrializadas, que tienen la mitad del costo per cápita y obtienen resultados médicos equivalentes o mejores.

Las instituciones financieras y las grandes compañías farmacéuticas son demasiado poderosas para que siquiera se analicen esas opciones, aunque la idea difícilmente parece utópica. Fuera de la agenda por razones similares también se encuentran otras opciones económicamente sensatas, como la del impuesto a las transacciones financieras pequeñas.

Entre tanto, Wall Street recibe regularmente generosos regalos. El comité de asignaciones de la Cámara de Representantes recortó el presupuesto a la Comisión de Títulos y Bolsa, la principal barrera contra el fraude financiero. Y es poco probable que sobreviva intacta la Agencia de Protección al Consumidor.

El Congreso blande otras armas en su batalla contra las generaciones futuras. Enfrentada a la oposición republicana en la protección ambiental, la importante compañía de electricidad American Electric Power archivó el esfuerzo más destacado del país para captar el bióxido de carbono de una planta actualmente impulsada por carbón, lo que asestó un fuerte golpe a las campañas para reducir las emisiones causantes del calentamiento global, informó The New York Times.

Estos golpes autoinfligidos, aunque cada vez son más potentes, no son una innovación reciente. Datan de los años 70, cuando la política económica nacional sufrió importantes transformaciones que pusieron fin a lo que suele llamarse la época de oro del capitalismo de Estado.

Dos importantes elementos de esto fueron la financiarización (el desplazamiento de las preferencias de inversión, de la producción industrial a las finanzas, los seguros y los bienes raíces) y la externalización de la producción. El triunfo ideológico de las doctrinas de libre mercado, muy selectivo como siempre, le asestó aún más golpes, conforme se traducía en desregulación, reglas de administración corporativa que condicionaban las enormes recompensas a los directores generales con los beneficios a corto plazo y otras decisiones políticas similares.

La concentración resultante de riqueza produjo mayor poder político, acelerando un círculo vicioso que ha aportado una riqueza extraordinaria al uno por ciento de la población, básicamente directores generales de grandes corporaciones, gerentes de fondos de garantía y similares, mientras la gran mayoría de los ingresos reales prácticamente se estancaron.

Al mismo tiempo, el costo de las elecciones se disparó a las nubes, haciendo que los dos partidos tuvieran que escarbar más hondo en los bolsillos de las corporaciones. Lo que quedaba de democracia política fue socavado aún más cuando ambos partidos recurrieron a la subasta de puestos directivos en el Congreso, como delineó el economista Thomas Ferguson en The Financial Times.

Los principales partidos políticos adoptaron una práctica de los grandes detallistas, como Walmart, Best Buy y Target, escribe Ferguson. Caso único en las legislaturas del mundo desarrollado, los partidos estadunidenses en el Congreso ponen precio a puestos claves en el proceso legislativo. Los legisladores que aportan más fondos al partido son los que obtienen esos puestos.

El resultado, de acuerdo con Ferguson, es que los debates se basan fuertemente en la repetición interminable de un puñado de consignas, que han sido probadas por su atractivo para los bloques de inversionistas y grupos de interés nacionales, de los que depende la dirigencia para obtener recursos. Y que se condene el país.

Antes del crac de 2007, del que fueron responsables en gran medida, las instituciones financieras posteriores a la época de oro habían obtenido un sorprendente poder económico, multiplicando por más de tres su participación en las ganancias corporativas. Después del crac, numerosos economistas empezaron a investigar su función en términos puramente económicos. Robert Solow, premio Nobel de Economía, concluyó que su efecto podría ser negativo. Su éxito aporta muy poco o nada a la eficiencia de la economía real, mientras sus desastres transfieren la riqueza de los contribuyentes hacia los financieros.

Al triturar los restos de la democracia política, las instituciones financieras están echando las bases para hacer avanzar aún más este proceso letal... en tanto sus víctimas estén dispuestas a sufrirlo en silencio.

(El libro más reciente de Noam Chomsky es 9-11: Tenth Anniversary. Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, Massachusetts).

Distributed by The New York Times Syndicate

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/08/08/index.php?section=opinion&article=032a1mun

domingo, agosto 14, 2011

Los desafíos de la educación popular


Foto: Taller de educación popular.

Frei Betto

En las líneas que siguen, expongo algunas inquietudes acerca de los desafíos que enfrenta la educación popular en la coyuntura en que vivimos. Son reflexiones que compartimos con Paulo Freire en sus últimos años de vida.

La deshistorización del tiempo.

En la educación popular debemos aprender a colocar los conceptos en lenguaje plástico. Existe un principio sagrado: no se trata de que el pueblo entienda lo que hago, sino que “vea” lo que yo hago. Si no logramos transformar el concepto en metáfora, en imagen, seguiremos hablando un lenguaje ajeno y corremos el riesgo de llevar al pueblo a usar un lenguaje intelectualista. Un ejemplo de ello es el caso del carcelero que leía nuestras cartas en la prisión para censurarlas. Un día conversaba con nosotros y se quejaba de sus problemas sentimentales con su novia; al poco tiempo le pregunté cómo iban las cosas y me respondió: “Ay, hermano, el asunto está difícil, nos encontramos en un antagonismo”. Él había leído en nuestras cartas la palabra “antagonismo”, la encontró bonita y la incluyó en su lenguaje.

Otro principio de la educación popular es la necesidad de “tener un tendedero donde se puedan colgar los conceptos y analizar la realidad”. El tendedero es la percepción del tiempo como historia. Es un hecho que existen civilizaciones, tribus y grupos que no tienen la idea del tiempo como historia, como los antiguos griegos, para quienes el tiempo era cíclico.

La esencia del neoliberalismo es la “deshistorización del tiempo”. Cuando Fukuyama declaró “el fin de la historia”, no hizo sino expresar lo que el neoliberalismo quiere lograr: “hemos llegado a la plenitud del tiempo: el método neoliberal de producción capitalista, el mercado. Son pocos los escogidos y muchos los excluidos; y ya no tiene caso querer luchar por una sociedad alternativa”. Actualmente es difícil hablar de sociedad alternativa; de socialismo, ni pensarlo. Se ha creado una especie de pudor, un bloqueo emocional alrededor de este asunto.

La idea de que el tiempo es historia proviene de los persas, fue transmitida a los hebreos y acentuada por la tradición judaica. Es curioso que los tres grandes paradigmas de nuestra cultura sean judíos (Jesús, Marx y Freud) y que por lo tanto trabajaran con los conceptos tiempo e historia.

La perspectiva de Jesús es histórica. El Dios de Jesús es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; el concepto principal de la prédica de Jesús, el Reino, es la culminación de un proceso histórico. Otro ejemplo es el relato del Génesis, donde la creación del mundo aparece marcada por la historicidad del tiempo desde antes de la aparición del ser humano. En el caso del marxismo este no se puede entender sin profundizar en los modos de producción anteriores al capitalista y sin comprender cómo sus contradicciones pueden llevar a los modos de producción socialista y comunista. El análisis marxista supone el rescate del tiempo como historia. En el caso de Freud, cuando alguien se somete al psicoanálisis el psicoanalista le pregunta sobre su pasado, su infancia, su niñez. Toda su psicología es un rescate de nuestra temporalidad cono individuos.

El neoliberalismo está destruyendo la perspectiva histórica, por eso corremos el riesgo de hacer educación popular descolgando la ropa sin tener un tendedero. Ese tendedero a nuestra espalda, el tiempo en cuanto historia, es fundamental para que otros puedan visualizar el proceso.

Esto sucede también en la dimensión micro de nuestras vidas. ¿Por qué actualmente las personas tienen dificultad en tener proyectos de vida? ¿Por qué los jóvenes llegan al término de la educación media y no tienen idea del curso superior que desean estudiar, la carrera que quieren seguir, el rumbo que quieren dar a sus vidas? Cada vez abandonan más tarde la casa de los padres porque pierden la dimensión histórica; todo es “aquí y ahora”.

Lo que más favorece la deshistorización es la televisión. Nuestra generación es la última generación literaria, porque la literatura es narrativa y la narrativa tiene un comienzo, un medio y un final. El libro induce a la historicidad mientras que la televisión promueve la circularidad. Acaba con la idea de pasado, presente y futuro; comienzo, medio y final. Pongamos cono ejemplo cuando Ayrton Senna, corredor de autos, murió en un accidente: en una misma toma lo vemos siendo enterrado, recibiendo un premio y dándose un baño de champaña. Esto genera en la mente de las nuevas generaciones la idea de circularidad, nunca la temporalidad, y mucho menos de historicidad. Lo que fue puede ser, lo que puede ser ya fue, lo que sucede ahora no podrá ser después.

La televisión constituye un desafío para la educación popular. Aunque todo el sistema escolar se basa en la lectura de libros en cierto modo resulta anacrónico, porque no es suficiente educar a las personas para leer textos: necesitan ser educados para ver la televisión. En Brasil, por ejemplo, el promedio diario de asistencia a la escuela de un alumno de educación media es de cuatro horas, mientras que frente al televisor es de cuatro horas y media. El promedio europeo es de ocho horas en la escuela y, como máximo, tres horas frente a un televisor. Se requiere educar para ver la televisión, de manera que las personas logren un distanciamiento y, a partir de él, una percepción crítica de los programas que observan.

La concientización.

La educación popular, tal como fue desarrollada en la obra de Paulo Freire, se basaba en dos paradigmas: el del personalismo cristiano y el marxista. Los dos paradigmas acuñaron una expresión que actualmente ya no está tan de moda: “concientización”.

El paradigma de la concientización debe discutirse con más profundidad porque las personas, incluyéndonos a todos, no hacemos exactamente lo que consideramos verdadero ni lo que pensamos. Hacemos lo que queremos, y muchas veces queremos lo que no pensamos, o pensamos una cosa y hacemos otra. Esto no significa que corramos el riesgo de nunca acertar. El problema es que con mucha frecuencia formamos líderes “concientizados” que, sin embargo, en las instancias de poder, establecen relaciones opresivas y burguesas. Es muy difícil formar verdaderos líderes.

Paulo Freire enfatizaba las dificultades para “educar permanentemente al educando y al educador”. El educador se educa a partir del educando, pero puede o no dejarse reeducar. En general tendemos a no dejar que nos cuestionen. En la práctica de la educación popular, en nombre de una educación y una metodología liberadoras seguimos con prácticas “bancarias” y colonizadoras. Pensamos que vamos a cambiar la forma de pensar del educando en lugar de partir de él. Partir del educando es la única manera de partir de la experiencia del grupo.

Tenemos el vicio de ser direccionistas en nombre de la educación popular. La educación popular es como la gimnasia: si dejas de practicarla, engordas, te vuelves flojo; es la gimnasia del espíritu pedagógico, no puede detenerse.

Los nuevos paradigmas.

La educación popular debe trabajar los nuevos paradigmas: la dimensión holística de la realidad; la dimensión ecológica; las relaciones de género, sexualidad, afectos y subjetividad; la relación de lo micro con lo macro.

“Dimensión holística”. Holos es una palabra griega que significa totalidad. Es necesario tener presente que el educando, así como el educador, es un ser en totalidad, en sus relaciones, en sus contradicciones, dotado de razón y emoción. Es un ser que tiene relaciones que rebasan el análisis político, cartesiano, explícito, conceptualmente correcto y definido. Esa red de relaciones debe ser tomada en cuenta en el proceso educativo. Existe un vínculo indestructible entre los seres humanos y la naturaleza, entre nosotros y el cosmos.

“Dimensión ecológica”. El aspecto ecológico es una navaja de dos filos. Existe la forma burguesa de enfrentarlo y la manera libertadora. El gran legado del líder seringueiro Chico Mendes consiste en entender que todo lo que acontece en la naturaleza influye en la vida humana, así como lo que ocurre en la vida humana influye en la naturaleza.

El reto es estudiar cómo se da la relación con la ecología. No se trata de defender a los delfines del golfo Pérsico o las ballenas de Alaska olvidando los niños del noreste de África. De hecho, el animal más amenazado por la extinción es el ser humano.

La bandera de la ecología es revolucionaria porque la ecología es como un avión: aunque haya primera clase, clase ejecutiva y clase turista, a la hora de caer no hay distinción, todos pueden morir. Comprenderlo así nos permitiría reformular también la idea de aliados políticos. En ocasiones limitamos el abanico de aliados por no sentir que hay demandas que exigen respeto a la vida tanto de las clases dominantes, como a la nuestra, como el medio ambiente, que afecta igualmente a ricos y a pobres. Podríamos movilizar a todo un sector de la sociedad que, por nuestros prejuicios, está siendo movilizado por nuestros enemigos de clase. Por prejuicios paradigmáticos dejamos a ciertos sectores importantes de la sociedad en manos de los que quieren perpetuar el sistema, y no de los que quieren cambiarlo. Esto es así porque no trabajamos la dimensión liberadora de los paradigmas.

“Subjetividad”. Actualmente en los procesos de educación popular ya se discuten aspectos subjetivos y de sexualidad, aunque no tanto como sería deseable. Está demostrado que a medida que se habla menos de determinados temas se cometen más errores. En las escuelas no se hablaba de sexo ni de política y en ellas se hicieron y se hacen muchas tonterías.

La discusión debe enfocarse hacia cuáles son los nuevos paradigmas de la educación popular, o bien, cómo desarrollar una metodología y una teoría de la educación popular incorporando el legado de Paulo Freire y haciéndolo avanzar. Este es un desafío que enfrentamos todos nosotros.

“Lo micro y lo macro”. El aspecto de lo personal y lo social, de lo micro y lo macro, de lo particular y lo general, de lo local y lo global, genera nuevos paradigmas sobre los que debemos pensar en el marco de la educación popular; de lo contrario se corre el riesgo de acertar en lo particular y seguir en otra dirección con respecto a lo general.

La crítica y la autocrítica.

Otro de los desafíos de la educación popular es volver la crítica y la autocrítica una práctica fundamental, y esto nos lleva a afirmar que no se puede hablar de educación popular sin que haya transparencia en la actuación de los miembros del equipo. La educación popular exige escuchar a los educandos y al equipo sobre lo que piensan del educador, de su desempeño. Tendemos a pensar que todo está bien y vamos aplazando los problemas. Es ahí cuando las cosas se detienen.

La educación formal.

Aunque no es posible adoptar en la escuela formal la metodología de la educación popular, sí es posible incluir en aquella algunas pedagogías de la educación popular, o crear una escuela con la metodología de la educación popular.

Esta imposibilidad es válida para otros espacios de la reproducción del sistema. En general son espacios positivos en sus objetivos inmediatos y, por lo tanto, necesarios, como los consejos tutelares, la atención a los niños, proyectos de salud, etcétera.

Como ya no tenemos una visión apocalíptica de la sociedad, no vamos a dejar de adoptar algunas iniciativas con la justificación de que “eso o aquello solo se podrá lograr en una nueva sociedad”. Hemos descubierto que lo nuevo se hace ahora, y a través de la acumulación de lo nuevo vamos acabando con lo viejo. A través de etapas y de nuevas iniciativas conseguiremos conquistar adhesiones, y así enfatizar las contradicciones y posibilitar, en el futuro, un cambio de la sociedad.

El problema de la escuela es ser esclava de una cronología curricular con la cual la educación popular es incompatible porque esta depende del tiempo de los educandos y no del tiempo del plan de estudios. El desafío está en conseguir inventar una escuela que no esté atada al control de instituciones gubernamentales.

Introducir otra dinámica en la escuela formal es posible pero no será fácil. Fernando Cardenal, ministro de Educación en la Nicaragua sandinista, tenía una propuesta de reforma educativa interesante que no se logró debido a la agresión de EE.UU. Su propuesta acababa con el plan de estudios, rompía la coincidencia entre el avance escolar y la cronología anual de manera que un campesino podría cursar el sexto grado en seis meses o en seis años, dependiendo de “su tiempo”. La propuesta rebasaba el criterio de vencedores y de vencidos. Nadie era obligado a realizar exámenes a fin de año para pasar al siguiente nivel.

Existe una serie de innovaciones pedagógicas, pero son solo una gota de agua en el océano de un sistema escolar preso del plan de estudios y de la tradición. En Kenia, África, existe una experiencia educativa que procura adecuar el pensamiento con la acción. Aunque no pretende ser educación popular es un paso con respecto al cual nuestra educación está a muchos años luz. Uno de los requisitos de esta escuela es que cada alumno pase una semana del año conviviendo con trabajadores para permitirles entender cómo se articula la ciudad desde abajo. Algunos salen de madrugada con los barrenderos para recoger la basura, otros permanecen una semana como auxiliares de enfermería en un hospital público, etcétera.

En la escuela brasileña las personas pasan más de 20 años en los escritorios escolares, salen con un certificado, pero no saben cocinar, coser, planchar ropa, cuidar la casa, arreglar un aparato electrodoméstico, no entienden de mecánica, de automóviles o de carpintería. Nunca debaten aspectos como pérdida, ruptura, afectos, sexualidad, muerte, dolor, espiritualidad. Nuestra escuela no trabaja temas fundamentales.

Los excluidos.

Cada vez un número mayor de sectores populares se enfrenta a su supervivencia inmediata, y cuando una persona se encuentra en esa situación no tiene tiempo ni condiciones psicológicas para participar en reuniones, entrenamientos o encuentros.

Este es un factor que complica nuestro trabajo. No sirve trabajar con personas que se encuentran en la miseria. Nadie logra movilizar a una persona que está preocupada por la comida de cada día. Es importante buscar sectores en los cuales, estratégicamente, se compensa la inversión de nuestro trabajo. Esto no significa que vayamos a dejar de trabajar con los que viven en las calles, como los que se alojan debajo de un puente o con un niño con SIDA. Sin embargo, debemos tener claridad, dentro de un proceso social más amplio, acerca de dónde invertir en la formación de nuevos líderes populares.

El trabajo de base consiste actualmente en lograr atraer a los sectores excluidos y proporcionarles un mínimo de organización para, a partir de esa organización, posibilitar la movilización. Contar con un trabajo de base debería constituir un criterio para todo educador.

Los afectos.

En nuestros días el aspecto de los afectos se está discutiendo más. Los líderes formados mediante la educación popular están mostrando, con su práctica, cómo lo afectivo influye en el desempeño político. Cuando no eran líderes, no tenían responsabilidad pública, podían vivir sus problemas afectivos porque ello afectaba, cuando más, a la familia. Ahora afecta estructuras e instituciones.

Discutir el asunto del amor, en su dimensión personal y social, es romper un tabú, significa colocar al amor cono la condición para vivir en una sociedad donde las personas son diferentes sin ser necesariamente contrarias. Queremos crear una sociedad amorosa.

Recomendaciones para la acción.

1.Hacer educación popular implica tener siempre como referencia el tiempo como historia. Esto es lo que nos permite analizar los procesos educativos y hacerlos visibles para otros. Siendo la televisión un elemento clave en la destrucción de la perspectiva histórica es necesario promover una educación para ver la televisión, que le permita a las personas el distanciamiento necesario para ser críticos frente a los programas que observan.

2.La educación popular requiere que el educador se cuestione, se eduque permanentemente en el diálogo con los educandos. Partir del educando es la única manera de partir de la experiencia del grupo, de lo contrario tendremos una educación popular conceptualmente liberadora, pero colonizadora en la práctica.

3.Debemos enfocar la discusión acerca de los nuevos paradigmas de la educación popular, rescatando su dimensión libertadora, para desarrollar una metodología que incorpore el legado de Paulo Freire y lo haga avanzar.

4.Aunque no es posible adoptar en la escuela formal la metodología de la educación popular, sí es posible incluir, en aquella, algunas pedagogías de la educación popular o crear una escuela con la metodología de la educación popular. Lo nuevo se hace ahora, y a través de la acumulación de lo nuevo vamos acabando con lo viejo. A través de etapas y de nuevas iniciativas conseguiremos conquistar adhesiones para posibilitar, en el futuro, un cambio de la sociedad.

5.La dinámica de la educación popular busca el cambio social y, por lo tanto, debe saber invertir en los sectores donde haya personas que tengan el potencial de multiplicadores. Ellos, a su vez, ayudarán a la formación de los que trabajan directamente con sectores excluidos.

Traducción: Dora Benveniste Levy


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