lunes, septiembre 17, 2007

Y de qué libertad estamos hablando


Foto: Rosa Campos

Editorial de Mauricio Funes
(Tomado del Diario Co Latino)

¿Qué libertad es esa de la que hacen gala el Presidente Saca y su gobierno que no nos permite a los ciudadanos del común expresar con libertad nuestros puntos de vista?

Este miércoles por la tarde participé de una jornada cultural organizada por la alcaldía de Aguilares en coordinación con algunas instituciones educativas de ese municipio.

Con ocasión de conmemorarse el mes cívico y en el entendido que la semana resulta propicia para evaluar el carácter de nuestra independencia, los organizadores de la jornada me invitaron a exponer mis ideas en torno al tema de la libertad.

Así como diferentes personalidades invitadas a lo largo de la semana han debido exponer sus ideas sobre otros temas de interés público, como la seguridad y los derechos humanos, en esta oportunidad decidí abordar el tema de la libertad en nuestro país desde la perspectiva de las oportunidades que deberían tener los ciudadanos para gozar de los supuestos beneficios del crecimiento económico y el desarrollo social.

Según el Presidente Saca, en las elecciones del 2009 estará en juego la decisión de los salvadoreños entre la continuación de un régimen de amplias libertades o la instauración del comunismo.

En el esquema del mandatario, ARENA y su permanencia en el ejecutivo es sinónimo de democracia y libertad, en cambio el FMLN y la posibilidad de que llegue al poder acarrearía la pérdida de estas libertades y el establecimiento de un régimen autoritario, en el que el Estado desplazaría a las fuerzas del mercado.

Sin embargo, la realidad contradice el discurso oficial.

Justamente, lo que los salvadoreños hemos vivido en 18 años de gobiernos de ARENA y seguramente viviremos en los dos que faltan para el fin del mandato Saca es un déficit de democracia y libertad.

En todo este tiempo, el Estado ha sido secuestrado por las élites económicas, en lugar de haberse puesto al servicio de la población.

El aparato público ha sido deliberadamente desarticulado con el propósito de reducir a su mínima expresión su papel vigilante y fiscalizador.

Los abusos cometidos desde la función pública están a la orden del día, permitiéndose el surgimiento de una cultura de la tolerancia excesiva hacia las arbitrariedades y las transgresiones de la ley de algunos actores del sector privado.

A la vista esta el caso de Baterías de El Salvador y la contaminación que esta empresa ha venido provocando en las comunidades aledañas a la fábrica ubicada en Sitio del Niño, municipio de San Juan Opico, departamento de La Libertad.

A mediados del 2005, los miembros del comité ambiental de este municipio denunciaron que aproximadamente 7,250 lugareños estaban siendo afectados por la contaminación de plomo generada por los hornos de la fabrica de baterías record ubicados en la zona.

Dos años atrás, una misión técnica de Estados Unidos, con sede en Atlanta, había detectado presencia de plomo en la sangre de los trabajadores de la empresa, lo que venía a confirmar una alarma que ya había sido advertida por algunas comunidades que enfrentaban padecimientos inexplicables en niños y jóvenes del lugar.

El año pasado, una publicación de un periódico local volvió a llamar la atención sobre el problema y provocó que la Asamblea Legislativa solicitara la intervención de la Fiscalía General de la República en lo que comenzaba a tomar forma como un caso evidente de contaminación ambiental y daños a la salud pública.

Fue hasta mediados de este año que el Ministerio de Salud realizó 88 pruebas de sangre tomadas al azar entre los habitantes de Sitio del Niño.

El resultado arrojado demostraba una vez más que había presencia de plomo en el cuerpo de niños y niñas del lugar en niveles superiores a los aceptados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este envenenamiento es el responsable de afecciones en el organismo humano relacionadas con retardo en el crecimiento, falta de memoria, desequilibrio emocional y problemas cerebrales.

Los habitantes del municipio creen incluso que algunas muertes recientes por Leucemia están directamente relacionadas con la contaminación provocada por la empresa de baterías.

El punto a hacer notar en este caso no solo es la irresponsabilidad empresarial, que raya en el delito, cometido por la fábrica en cuestión, sino la negligencia de las autoridades que con todas estas evidencias siguen sin intervenir.

Ni Salud Pública, ni Medio Ambiente han hecho algo al respecto.

Lejos de ello, han alimentado la tolerancia hacia la empresa y han pasado por alto una recomendación de la Procuraduría de los Derechos Humanos en la que exhorta al gobierno a proceder al cierre inmediato de la fabrica y a implementar el tratamiento médico adecuado para las víctimas de la intoxicación.

¿Dónde están las autoridades para vigilar el funcionamiento de las empresas y evitar que ocurran este tipo de transgresiones a la ley?

¿Por qué en El Salvador una empresa puede dañar el medio ambiente, afectar la salud de la población, provocar daños irreversibles en algunos ciudadanos, y nadie acaba siendo juzgado y sancionado por este acto criminal?

La respuesta esta a la luz del día: las instituciones han sido desarticuladas y no intervienen cuando deben hacerlo para garantizar el cumplimiento de la ley.

El Estado no es más un aparato público al servicio de la gente.

El Estado ha sido convertido en un instrumento ineficaz para satisfacer las necesidades de la población pero eficiente para permitir los negocios oscuros de unos cuantos empresarios.

¿De qué libertad o de que régimen de libertades en peligro habla entonces el Presidente Saca?
Lo que está en riesgo no es la libertad sino la continuidad de un sistema de privilegios y de una práctica inescrupulosa del ejercicio del poder que riñe con la ley.

La elección que deberán tomar los ciudadanos en el 2009 no es entre la libertad y el comunismo, sino entre la continuidad del Estado autoritario y excluyente y la construcción de un Estado social de derecho.

De esa libertad de elección es de la que decidí hablar en el evento organizado por la municipalidad de Aguilares y a esa libertad es a la que le tienen miedo una parte de la derecha y los Medios de Comunicación que le son afines…

domingo, septiembre 16, 2007

LA CIUDAD DE LAS RATAS



Juan Carlos Morales Peña
juancarlos_mrls@yahoo.com.mx

En la pantalla grande de la cadena Cinemark se encuentran actualmente en exhibición diversas películas infantiles de contenidos diversos. Destaca entre ellas “Ratatouille”, una creación del conglomerado Walt Disney, que expresa el creciente grado de complejidad de lo social, que los actores privados de naturaleza corporativa intentan presentar al público; como la expresión de una mentalidad prevaleciente que se funda en el orden de cosas y su constructo ideológico base de la idea de lo global.

He de definir por la tanto, a qué me refiero con el concepto de la “ciudad de las ratas”. Partiendo de la idea de que se les considera un mamífero despreciable, en cuanto se le teme por los microorganismos que portan, además de que ponen en riesgo la salud humana, también el hecho de poseer un hábitat diverso que incluye lugares insalubres y por adaptarse muy bien a los desperdicios de las grandes ciudades.

El término “rata” tiene un uso público peyorativo en contexto de sociedades competitivas y altamente consumistas, se le emplea para designar individuos que son incapaces de prosperar por sí mismos o como denuncia de sus prácticas truculentas para insertarse socialmente, aun sobre los estándares moralmente aceptados por los colectivos sociales.

Sin embargo, a pesar de la veracidad de los argumentos anteriores, la construcción conceptual que hago sobre la base de los insumos y contenidos de la película en cuestión, es la de una ciudad de las ratas que funciona en paralelo a la ciudad del hombre. Ciudad como una plataforma móvil con una estructura de fortalezas, que desarrolla su propia sensación de seguridad y que implica un mínimo de socialización y espíritu gregario entre quienes la habitan.

Ello plantea una capacidad de organización –cuando se ven enfrentadas a problemas graves o ven amenazada su misma existencia–, una capacidad de chantaje –suficiente para inhibir los esfuerzos constantes de la ciudad del hombre para erradicarlas–, un potencial de sabotaje –definido en el empleo y tendencia para causar daño, si se ven provocadas y que constituye su fortaleza como colectivo animal– y finalmente de su capacidad comprobada de adaptación a los ambientes más adversos, lo que denota una disposición instintiva de prevalecer a pesar de la dimensión de las amenazas que se les ciernen, so pena de ser exterminados como colectivos.

Los cuatro escenarios que plantea “Ratatouille”

Pero la ciudad de las ratas vista desde el sofisticado contenido de “Ratatouille”, habla de escenarios entrelazados que obviamente se extrapolan a la ciudad del hombre. Primero establece un escenario en donde se caracteriza un orden material que define condiciones objetivas –ausencia de educación, salud, empleo, vivienda entre otros– que determinan en forma significativa las posibilidades de crecimiento para las ratas en este caso, pero asumidas como personas en el contexto de la película.

Un segundo escenario que se refiere al umbral de expectativas, pasa por el considerando de que los sueños desarrollan un balance entre necesidad de alimentación del presente adverso y la posibilidad futura de estar mejor. “Ratatouille” encarna el típico personaje que cuestiona el estilo de vida del colectivo al que pertenece, y se propone la ruptura de la negativa mayoritaria que práctica su colectivo en lo que concierne al cambio; sea esta motivada por conformismo, incertidumbre o miedo a fracasar.

Pero a su vez “Ratatouille” es también atípico, porque encuentra un don que puede explotar y que intenta orientarlo hacia el desarrollo de actitudes hacia la alta cocina y en general a la magia de los alimentos que puede transformar en exquisitos manjares. Sabe, sin embargo, que para el desarrollo de su sueño, son necesarias ciertas renuncias y allí entra en cuestión la identidad propia y la pertenencia a un colectivo animal, que posee su propia práctica y tradición, siguiendo el guión de interpretarlos desde las perspectivas de la ciudad del hombre.

El tercer escenario que interviene, presenta un París cosmopolita donde ruge una sociedad multicultural, consumista y altamente competitiva; que sustituye el sencillo estilo de vida del suburbio lejano o la provincia enclavada en el ámbito rural. Interpreto que la ciudad de las luces adquiere un significado que impone un concepto de vida; el grupo Walt Disney sugiere que la gran ciudad, asumida como centro de la idea de mundo vendida por los medios de masas, revela inevitables perspectivas y puntos de llegada; que encierran en sí mismos los horizontes de progreso posible.

Es un mensaje para el inmigrante recién llegado al orbe, su condición inicial se determina por su capacidad de supervivencia y adaptación en la ciudad de las ratas –esto es una condición que lo excluye de las redes sociales formales y los servicios públicos–, mientras la cuestión del progreso económico y la integración social se convierten en asignaturas de resolución futura.

El cuarto escenario plantea el peso de la omnipresente sabiduría del padre de “Ratatouille”, como un determinante factor generacional que puede condicionar las decisiones del presente. Este le advierte que la ciudad del hombre, no puede constituir la mejor idea de progreso individual, pues los hombres tienen sentimientos encontrados y lealtades divididas. Ante la posibilidad de fracasar o ser exterminado, es preferible permanecer en la ciudad de las ratas. Este escenario introduce dos componentes, uno de ellos se refiere a la existencia de una especie de “oligarquías sociales” y el otro al dilema de la integración cultural y social en donde se encuentran muy presentes los alcances y restricciones de las relaciones entre los “otros” y el “nosotros”.

La idea fundamental de la cinta cinematográfica


Por “oligarquía social” y, para los efectos de esta reflexión, deberá entenderse como el carácter cerrado y la vocación elitista que define el comportamiento y naturaleza de los gremios profesionales y artesanales inclusive.

La idea fundamental supone que el acto de progresar se funda en un proceso, en una vivencia de los retos diarios de la vida, implica pasar por una escuela donde el aprendizaje se somete a las críticas y presiones de los colegas que se perfeccionan en el mismo arte o actividad. Ello aplica también para acceder al sofisticado círculo de la alta cocina, cuyo estatus y prestigio social se generan desde la aceptación del público y la satisfacción de sus exigencias; por lo tanto estas “oligarquías sociales” actúan como tal cuando dejan claro su monopolio sobre cierto arte o especialidad, que lógicamente no admite casualidades aisladas ni golpes de suerte y sobre todo las membresías se vuelven complicadas en términos de requisitos.

La película “Ratatouille”, finalmente desarrolla el dilema entre los “otros” y el “nosotros”; como un complejo problema de la cultura y la identidad de los grupos sociales y sus evidentes relaciones conflictivas. Francia en este caso no ha sido la excepción, ya en mayo de 1968 determinó el quiebre del modelo tradicional de familia basado en el liderazgo de la figura paterna.

Pero recién, en el 2006, hubo tensión y violencia en los suburbios parisinos, ¿se está frente a un fracaso de la integración social y cultural de las nuevas generaciones descendientes de inmigrantes? o ¿constituye la expresión preliminar del inevitable conflicto mayor entre la ciudad del hombre y la ciudad de las ratas?

MARTÍ


Nicolás Guillén (1902-1989) Poeta cubano.

¡Ah, no penséis que su voz
es un suspiro! Que tiene
manos de sombra, y que es
su mirada lenta gota
lunar temblando de frío
sobre una rosa.

Su voz
abre la piedra, y sus manos
parten el hierro. Sus ojos
llegan ardiendo a los bosques
nocturnos; los negros bosques.
Tocadle: Veréis que os quema.
Dadle la mano: Veréis
su mano abierta en que cabe
Cuba como un encendido
tomeguín de alas seguras
en la tormenta. Miradlo:
Veréis que su luz os ciega.
Pero seguidlo en la noche:
¡Oh, por qué claros caminos
su luz en la noche os lleva!

MASA


César Vallejo
(1892-1938) Poeta y escritor peruano.

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…


10 de noviembre de 1937

sábado, septiembre 15, 2007

PIDO LA PAZ Y LA PALABRA


Blas de Otero
(1916-1979) Poeta español


Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.

domingo, septiembre 02, 2007

Presentación de libros de André Cruchaga


Foto: www.artepoetica.net
Fuente: René Chacón Linares

El Centro Cultural de España
invita a la presentación de los libros:

"Pie en tierra"
y "Oscuridad sin fecha"
del poeta y escritor:
André Cruchaga
(presentado por Claudia Hérodier)

Jueves 6 de septiembre
Calle la Reforma No166
Col. San Benito.
6:30 p.m.

www.ccespanasv.com
(503)22757526

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