viernes, diciembre 30, 2011

Hoy mi deber



ABDALA.
(Fragmento).
Autor: José Martí.

"El amor; madre, a la patria,
no es el amor ridículo a la tierra,
ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
es el odio invencible a quien la oprime,
es el rencor eterno a quien la ataca;
y tal amor despierta en nuestro pecho
el mundo de recuerdos que nos llama
a la vida otra vez(...)"

lunes, diciembre 26, 2011

Soyapango: tardes de lectura


CÍRCULO DE LECTURA.

Ciclo II: Del 7 de enero al 24 de marzo de 2012.

Género: Narrativa
Obra: "Leamos lo nuestro", compilación de escritores salvadoreños.
Orientado a: Estudiantes de Plan Básico.
Sesiones: Sábados.
Horario: 3:30 a 5:00 P.M.
Lugar: Casa de la Cultura de Soyapango.
Dirección: 1a. Av. Nte., contiguo a Guardería Municipal, Soyapango, San Salvador, El Salvador, C.A.

Inscripción: Gratuita.

Invitan:
Iniciativa para el Desarrollo Estudiantil Salvadoreño (IDES).
Proyecto Patria Literaria (PPL).

"Hacia una Patria Grande por la cultura y la educación"

Un mundo mejor es posible


"CULTIVEMOS LA VIRTUD"

Un mensaje de:
Iniciativa para el Desarrollo Estudiantil Salvadoreño (IDES).
Proyecto Patria Literaria (PPL).

sábado, diciembre 17, 2011

La Patria Grande ya tiene nombre: CELAC


LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE, UNA REGIÓN DE GRAN PESO.

LA PÁGINA DE MAÍZ
9/12/11. No. 366

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fue constituida por 33 países, en una cumbre de Presidentes realizada en Venezuela a principios de diciembre. En la CELAC están todos los países del continente, menos Estados Unidos y Canadá, lo cual representa un nuevo avance independentista.

Latinoamérica y El Caribe tienen una extensión territorial de 21 millones de kilómetros cuadrados, donde viven 577 millones de personas. Los países más extensos son ocho: Brasil, Argentina, México, Perú, Colombia, Bolivia, Venezuela y Chile. Juntos miden casi 18 millones y medio de kilómetros cuadrados (88 por ciento del total) y son habitados por 418 millones de habitantes. Los países más pequeños están ubicados en El Caribe y Centroamérica (1).
Los pueblos latinoamericanos son idénticos y diversos a la vez. Étnicamente, el grueso de la población es mestiza, pero en varios países también hay mucha población indígena, negra o afrodescendiente. En la mayoría de países se habla español, pero también portugués (Brasil), francés (Haití) e inglés (Jamaica y otras islas del Caribe). Se conservan los idiomas nativos especialmente en la región andina y mesoamericana. Latinoamérica es de las regiones más ricas en recursos naturales. Suramérica posee casi la quinta parte de las reservas mundiales reconocidas de petróleo, la reserva más grande de agua pura del mundo en el acuífero del Guaraní y una importante reserva de gas natural. También abundan el litio, el cobre, el zinc, el potasio, el hierro y muchos otros minerales que escasean en Estados Unidos y en Europa. Latinoamérica unida es la cuarta economía del mundo, después de Estados Unidos, China y Japón. En los últimos 5 años, las economías más grandes de Latinoamérica (Brasil, México, Argentina y Venezuela)estrecharon su comercio con Asia. Brasil y Chile incluso desplazaron a Estados Unidos por China en su comercio mundial. Como nunca antes, en Latinoamérica la mayoría de gobiernos son de izquierda o progresistas. Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua encabezan una posición antiimperialista.
En Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú y Argentina hay gobiernos progresistas, que deciden sus propias políticas económicas y sociales y sus relaciones con el mundo.

La CELAC y la nueva etapa de independencia.
La CELAC es como una nueva OEA, pero con Estados Unidos y Canadá fuera y con Cuba adentro. La creación de la CELAC es un revés para el imperio, una muestra de su pérdida de infl uencia económica y política en el continente.
Solo en algunos países centroamericanos es que a Estados Unidos le queda alguna capacidad de mangoneo, pero no será por mucho tiempo.

Notas.
1. http://www.indexmundi.com/
map/?v=5&l=es

jueves, diciembre 08, 2011

Religión y Espiritualidad



Frei Betto.
Adital.

La espiritualidad es, como la sexualidad, una dimensión constitutiva del ser humano. Esa potencialidad neurobiológica puede ser cultivada o no. Una persona desprovista de espiritualidad prescinde de la profundidad de su subjetividad. En ella los deseos prevalecen sobre los ideales.
Si Sócrates y Descartes nos despertaron a la inteligencia racional, y Colleman a la emocional, ha sido la física y filósofa Danah Zohar quien llamó la atención sobre la inteligencia espiritual. Mariá Corbí sugiere que la espiritualidad se resume en las siglas IDS: Interés (por ella), Desapego (de sí y de los bienes finitos), Silencio (concentrarse para descentrarse en el otro y en los otros).

A primera vista espiritualidad se opone a materialidad. Y el espíritu al cuerpo. Ese dualismo platónico está superado, tanto por la ciencia como por la teología. Todos y todo somos una Unidad. Los mismos 92 átomos encontrados en nuestro cuerpo son los “ladrillos” que edifican el conjunto del Universo.

La espiritualidad prescinde de las religiones, puede ser vivida sin ellas, y hay religiones desprovistas de espiritualidad, asfixiadas por el peso de un doctrinarismo autoritario. Sócrates (470-399 a.C.) y Séneca (4 a.C.-65 d.C.) eran hombres profundamente espiritualizados, ‘santos paganos’, pero desprovistos de religión.

Las religiones surgieron en el período neolítico, cuando el ser humano, hasta entonces nómada y recolector, se ancló en la actividad agrícola, volviéndose sedentario. Su punto axial fue el siglo 7º a.C. En él nacieron y/o vivieron Buda (600), Lao-Tsé (604), Zaratustra (660) y los profetas Jeremías y Daniel.

La religión como institución surge en aquella época. Antes predominaba la cosmovisión tribal, comunitaria, orientada a aplacar la ira de los dioses y a obtener su protección en casos de catástrofes naturales, sin individuación del sujeto frente a la divinidad. Sólo a partir del siglo 7º a.C. el ser humano pasa a tener conciencia de su relación personal con Dios.

La religión surge como forma de control de la sociedad agropastoril, y sus grandes relatos encauzan el caos ético, al mismo tiempo que interioriza el poder de la autoridad.

Hoy lo que está en crisis no es la espiritualidad. Son las formas tradicionales de religión. En este mundo secularizado, desencantado, los valores son sustituidos por las ciencias, el ser por el tener, el ideal por el deseo, el altruismo por el consumismo. De ese modo la religión se decanta hacia la vida privada y los lugares de culto. Y deja de influir en la vida social.

Al interior de las mismas iglesias cristianas se da esa dicotomía: los fieles se distancian de la doctrina y de la moral oficiales, como es el caso del uso de preservativos por los católicos. Como en las relaciones de trabajo, se da una flexibilización institucional de la creencia, que se constituye en una amalgama de propuestas, formando un mosaico esotérico.

La crisis de la Cristiandad, en el Renacimiento, no significó la crisis del Cristianismo. De igual manera, la crisis de las religiones no puede ser confundida con la de la espiritualidad. Ahora nos encontramos con una espiritualidad pos-axial, laica, pos-religiosa, centrada en la autonomía del individuo.

Lo que caracteriza esa espiritualidad posmoderna es, por una parte, la búsqueda, no del otro, sino de sí mismo, de la tranquilidad espiritual, de la paz del corazón. En ese sentido se trata de una espiritualidad egocéntrica, centrada sobre el propio ego. Y por otra parte, una espiritualidad política, volcada sobre la promoción de la justicia y de la paz, comprometida con la ética y la protección del medio ambiente.

Retomando el esquema de Corbí: hoy, una espiritualidad evangélica debe tener claridad de sus objetivos. ¿Mi propio bienestar subjetivo o también una sociedad fundada en la justicia? Debe propiciar el desapego de los bienes finitos, como mercancías, poder, dinero, fama, de modo que favorezca el cultivo de los bienes infinitos: amistad, solidaridad, compasión. Y sobre todo debe cimentarse en el silencio, en la apertura dialógica, orante, a Dios; en la actitud servidora a los otros; en la reverencia devocional a la naturaleza.

(Autor de "Sinfonía universal. La cosmovisión de Teilhard de Chardin", entre otros libros).

* Escritor y asesor de movimientos sociales.

jueves, diciembre 01, 2011

La Navidad, mercado, política y fe


Autor: Dagoberto Gutiérrez.

Todos los imperios imponen a sus súbditos su economía, sus leyes, sus tradiciones y sus dioses.

Los romanos que construyeron el imperio más conocido hasta ahora, adoptaron, sin embargo, las creencias y sistemas religiosos de una de sus provincias. Esto ocurre en los momentos de crisis imperial y cuando Constantino, emperador de ese momento, establece, en el edicto de Milán, (320 después de Cristo) el cristianismo como la religión oficial del estado romano.

Su genio político supo que la cohesión ideológica de los cristianos catacúmbicos fortalecería al decadente imperio romano y el 325 d.C, en el concilio de Nicea (Turquía), se montó el imperio sobre el cristianismo, aquí muere el cristianismo y nace la cristiandad como religión estatal.

Luego vendría la deificación de Jesucristo, la concepción trinitaria, el obispado de Roma y el nacimiento de Jesús. Ayer como hoy no se tiene dato exacto, pero los romanos celebraban al final del año las fiestas saturnales en honor a Saturno el Dios de la Agricultura y la vida, eran bacanales que duraban semanas y el imperio hizo coincidir esta fiesta con la natividad, hizo de una celebración pagana una fiesta cristiana, también adaptó el credo cristiano a la cultura imperial e hizo aparecer a las diosas, que no existían en la cultura hebrea de la misma manera hicieron a la madre de Jesús, una humilde mujer Judía, la reina del cielo, porque todo lo relacionado con la nueva religión imperial tenia que ser magnificente. Aquí nace también el catolicismo, del latín Catolic (Universal) porque la religión del imperio tenía que ser, por fuerza, la religión de todo el universo.

La Navidad, así decidida, fue completándose lentamente y viene a nuestras tierras en la punta de las espadas de los invasores hace 500 años; de las culturas nórdicas se le agrega el árbol de navidad y la nieve y de la empresa Coca Cola se le incorpora, en la primera mitad del siglo pasado, la figura de Santa Claus cuyo uniforme ostenta, justamente, los colores emblemáticos de esta empresa.

Con Santa Claus, la navidad entra, totalmente en los patios y corredores del mercado capitalista y el juego del intercambio de obsequios hace de la fecha el mercado persa adecuado para explotar, mercantilmente, la fe cristiana que considera el nacimiento de Jesús como el advenimiento del mesías que derrotará la explotación e impondrá la justicia.

En realidad, diciembre es el mes mercantil por excelencia y es la época en que el Jesucristo que se enfrentó a los mercaderes del templo en Jerusalén, es usado por éstos como una mercancía más y así, en nombre de los valores cristianos, que perviven, pese a Roma, los cristianos actuales, creyentes o ateos, son convertidos en consumidores, en una conversión muy distante a la de Pablo en el camino de Damasco.

La Navidad es entonces un teatro de operaciones que confronta la política y la economía con la fe cristiana y sus valores.

Las familias salvadoreñas son amenazadas en sus economías por la propaganda mercantil, porque una vez borrada la diferencia entre lo que se necesita y lo que se desea, el ser humano, en plena Navidad, es convertido en una mercancía que adquiere lo que desea aunque no lo necesite y pasa así, de ser comprador a ser consumidor.

La Navidad es actualmente, el escenario de la conversión anterior y aquellos templos en los que Jesús se enfrentó al imperio romano, son los que se levantan hoy sobre Jesús, como bancos, centro comerciales y edificios ostentosos, sin duda que se trata de un mal momento para todo lo que tiene que ver con cristianismo, con Jesucristo y con fe cristiana.

Los cristianos comprometidos con el hombre de Galilea deben salvar de la época la figura de la natividad, porque, más allá de la exactitud histórica, es una buena noticia para la humanidad y este hecho se acompañará del mensaje justiciero, comprometido y justo del Galileo que sacrificado por los poderosos sigue siendo voz, aliento y estímulo de los débiles que deciden ser libres y de aquellos que resuelven ser justos.

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